La Virgen María es una de las figuras más importantes dentro del cristianismo y es considerada la madre de Jesús. Según la tradición cristiana, María fue elegida por Dios para ser la madre de su hijo y nació en Belén de Judea, en una familia judía.
María es vista como un modelo de virtud y devoción, y su papel como madre de Jesús es fundamental en la historia de la salvación. También se la conoce como la "Madre de Dios" y la "Reina del Cielo". María es objeto de devoción y culto en muchas partes del mundo, y se le atribuyen numerosos milagros y apariciones.
Desde la antigüedad, María ha sido un símbolo de fe, humildad y amor hacia Dios. Su vida y su ejemplo de servicio y dedicación a su hijo son una inspiración para millones de personas en todo el mundo. Su papel como intermediaria entre Dios y los hombres ha sido objeto de controversias dentro del cristianismo, pero su imagen como figura maternal y protectora sigue siendo un símbolo de esperanza y consuelo para muchos creyentes.