El nombre de María es muy significativo para Jesús, ya que es el nombre de su madre terrenal y quien lo crió desde su nacimiento. En la cultura judía, los nombres tenían un gran significado y eran considerados una parte integral de la personalidad de la persona. Por lo tanto, el nombre de María no solo representa su identidad, sino también su papel en la vida de Jesús.
Jesús tenía una relación muy cercana con su madre María y siempre la respetaba y obedecía. En muchos pasajes de la Biblia, se resalta su amor y devoción hacia ella, como cuando dice "Mujer, ahí tienes a tu hijo" (Juan 19:26-27), refiriéndose a su discípulo Juan como si fuera su propio hijo. Jesús también le dio el honor de ser la madre de su iglesia, como se puede ver en el libro de Apocalipsis donde se describe a una mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza (Apocalipsis 12:1).
Además, el nombre de María también tiene un significado profético en la Biblia. María es una variante del nombre hebreo Miriam, que significa "amarga". Este nombre se le dio a la hermana de Moisés, quien lideró a los israelitas en la adoración a Dios después de haber cruzado el Mar Rojo. El hecho de que María también sea llamada "amarga" sugiere que Dios usó su vida para enseñar algo muy importante sobre la amargura de la vida y la victoria que puede tener el pueblo de Dios a pesar de las pruebas.
Jesús siempre recordaba la importancia del honor y la obediencia a su madre, incluso en la cruz antes de morir. El nombre de María fue y siempre será un símbolo de amor, fidelidad y respeto para Jesús. El nombre de María contiene un significado profundo en la cultura judía y con su relación con Jesús, su significado solo aumenta.
Una consagración total a Jesús por medio de María es un acto de entrega y compromiso con Jesús a través de la intercesión de la Virgen María. Es una práctica espiritual católica que consiste en ofrecer todo lo que somos y tenemos a Dios a través de la Virgen María, quien es nuestra madre espiritual y mediadora ante su hijo Jesús.
Esta práctica fue promovida por San Luis María Grignion de Montfort en su libro "Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María". Según él, la consagración total es el camino más efectivo y seguro para llegar a Jesús, pues nos ayuda a despojarnos de nuestras debilidades y pecados y a entregarnos completamente al amor de Dios.
La consagración total a Jesús por medio de María se realiza mediante una oración específica en la que nos ofrecemos a la Virgen María como siervos suyos para que ella nos guíe y nos lleve a su Hijo. A partir de ese momento, nuestra vida se convierte en un continuo acto de amor y servicio a Dios, buscando siempre hacer su voluntad y poner en práctica los valores del Evangelio.
Esta devoción mariana tiene como objetivo principal el crecimiento espiritual del creyente, otorgándole una mayor serenidad y paz, y haciendo que su vida esté más centrada en Dios. Además, también fomenta la humildad y la generosidad, al permitirnos entregarnos totalmente al servicio de Dios y al prójimo.
En resumen, una consagración total a Jesús por medio de María es una forma de entrega total a Dios a través de la Virgen María, quien nos ayuda a acercarnos a su Hijo y nos guía en nuestro camino espiritual. Es una práctica que nos permite crecer en la fe, la humildad y la generosidad, y nos ayuda a poner en práctica los valores del Evangelio en nuestra vida diaria.
Los Jesús María son una comunidad que ha recibido diversas designaciones a lo largo de la historia. Algunas personas suelen referirse a ellos como los Jesuitas de María, debido a su origen en la orden religiosa de los Jesuitas y su dedicación a la advocación mariana. También son conocidos como los Jesuitas de México, porque fue en este país donde la congregación tomó mayor fuerza y presencia.
Otra designación que se les ha dado es la de los Marianistas, lo cual hace referencia a su profunda devoción a la Virgen María, a quien consideran como su patrona y protectora. Además, dentro de la propia congregación, se utilizan distintas denominaciones, como los Padres de María o simplemente, los Jesús María.
En algunos países latinoamericanos, se les llama también los Eudistas, en honor al fundador de la congregación, San Juan Eudes. Y en algunos casos, se les suele confundir con los Hermanos Maristas, otra comunidad religiosa que tiene ciertas similitudes con los Jesús María.
En definitiva, no existe una única forma de referirse a los Jesús María. El nombre que se utilice dependerá de cada cultura y contexto, aunque siempre debería reconocerse la importancia de esta comunidad religiosa en la historia y en el presente de la Iglesia católica.