Cuando uno se dispone a confesarse, es porque quiere arrepentirse de los pecados cometidos y rezar para que Dios le perdone y le dé la fuerza para no volver a cometerlos. Antes de confesarse es importante hacer una lista de todos los pecados que hayas cometido y la gravedad de cada uno de ellos. Esto es importante para asegurarse de que todos los pecados sean confesados.
Una vez que hayas hecho la lista, llegará el momento en que te sientes frente al confesionario. En este momento, te recomendamos que te tomes unos momentos para pensar en lo que quieres decir. A veces es útil comenzar con una oración de arrepentimiento, para ayudarte a entrar en el estado de ánimo adecuado para una buena confesión. Luego, puedes empezar a decir la lista de tus pecados, explicando la gravedad de cada uno.
Cuando hayas terminado de contar tus pecados, puedes pedir al sacerdote que te ayude a encontrar la manera de evitar que cometas los mismos errores en el futuro. El sacerdote también te asignará una penitencia, que deberás cumplir para demostrar tu arrepentimiento.
Por último, antes de irte, te recomendamos que te tomes un momento para orar y pedirle a Dios que te ayude a llevar a cabo tu penitencia y que te de la fuerza para no volver a cometer los mismos errores.