Los castrati fueron cantantes masculinos castrados antes de la pubertad para preservar su voz de soprano o contralto.
En el siglo XVIII, los castrati eran muy populares en óperas y conciertos en Europa, y algunos incluso se convirtieron en celebridades. Sin embargo, en el siglo XIX, la práctica de la castración fue prohibida en la mayoría de los países.
Aunque los castrati desaparecieron, su legado musical continuó y muchas de sus obras fueron revividas por cantantes femeninas que imitaron su estilo y técnica vocal.
Hoy en día, la castración como práctica sigue siendo ilegal y moralmente cuestionable, y los castrati son recordados como una parte intrigante pero controvertida de la historia de la música.
El canto castrato fue una práctica musical que consistía en castrar a los niños antes de la pubertad para evitar que sus cuerdas vocales se desarrollaran completamente, logrando así una voz aguda y potente. Esta técnica se popularizó principalmente en la Italia del siglo XVII y XVIII.
El último castrati fue Alessandro Moreschi, nacido en 1858 en Monte Compatri, Italia. Ingresó al coro de la Capilla Sixtina en 1873 y fue castrado a los 14 años, lo que le permitió desarrollar una voz de soprano única y aclamada en toda Europa.
Moreschi realizó numerosas grabaciones entre 1902 y 1904, siendo la más famosa "Pie Jesu" de la misa de Réquiem de Giuseppe Verdi. Se retiró en 1913 y fue el último hombre castrado en cantar en la Capilla Sixtina.
Alessandro Moreschi murió en 1922 a los 64 años y hoy en día es recordado como uno de los últimos exponentes de una técnica de canto que, aunque inhumana, marcó la historia de la música.
Los eunucos y los castrati son términos que se han utilizado a menudo de manera intercambiable a lo largo de la historia, pero en realidad son dos cosas diferentes.
Un eunuco es un hombre castrado, es decir, al que se le ha extirpado total o parcialmente los testículos. Este procedimiento se ha utilizado desde la antigüedad como una forma de controlar el comportamiento de los hombres en las cortes y harenes, ya que se cree que los eunucos son menos propensos a tener impulsos sexuales o ambiciones políticas.
Por otro lado, un castrati es un cantante masculino que ha sido castrado antes de la pubertad para preservar su voz aguda. Este procedimiento se realizaba en la Europa del siglo XVII y XVIII para crear artistas musicales de renombre y se consideraba una forma de crear "ángeles en la tierra", debido al tono celestial que se obtenía.
Aunque ambos términos implican castración, las razones detrás de cada uno son muy diferentes.
Además, los efectos secundarios de la castración son distintos en cada caso. En el caso de los eunucos, la castración puede resultar en una serie de cambios físicos y psicológicos, como la pérdida de masa muscular, la disminución de la cantidad de vello corporal y facial, y cambios en la libido y el comportamiento sexual. Por otro lado, el procedimiento de castración utilizado para crear castrati no implica la extirpación total de los testículos, lo que significa que los efectos secundarios son diferentes y, a menudo, menos graves.
En resumen, aunque ambos términos se refieren a la castración, la diferencia entre un eunuco y un castrati es que el primero se castra por motivos políticos o religiosos, mientras que la castración de un castrati se realiza únicamente para mantener su voz aguda.
Los cantantes que sustituyeron a los castrati fueron conocidos como los sopranistas. Estos cantantes tenían la capacidad de alcanzar registros vocales altos, similares a los de los castrati, gracias a una técnica de entrenamiento vocal avanzada.
Además de los sopranistas, también surgieron los contratenores. Estos cantantes tenían una voz parecida a la de los castrati en términos de tono y flexibilidad, pero sin la extensión vocal de un verdadero castrato.
Hoy en día, artistas como Philippe Jaroussky y Andreas Scholl son famosos por su capacidad de interpretar piezas de música barroca que originalmente eran compuestas para castrati. Aunque la práctica de la castración para producir cantantes está prohibida y considerada cruel, técnicas modernas de entrenamiento vocal permiten a los cantantes mantener las tradiciones y las piezas históricas de los castrati, con los sofisticados métodos de canto y entrenamiento de hoy en día.
El último castrati fue Giovanni Velluti, quien murió en 1861. Este hecho marcó el final de una práctica musical que había existido en Europa durante varios siglos.
Los castrati eran hombres que habían sido castrados antes de la pubertad para conservar sus voces agudas, y eran considerados los cantantes más virtuosos de su época. La práctica de la castración se inició en el siglo XVI, cuando la iglesia quería tener un coro de cantantes con voces agudas que no cambiaran durante la pubertad.
En el siglo XVIII, la música vocal barroca era muy popular y la demanda de castrati aumentó drásticamente. Las estrellas de la época, como Carlo Farinelli y Gaetano Caffarelli, eran castrati y lograron fama y fortuna gracias a sus talentos.
Sin embargo, a medida que la ópera clásica se fue desarrollando, la demanda de castrati disminuyó. En el siglo XIX, la castración fue prohibida y el uso de castrati en óperas se hizo cada vez más raro. Hoy en día, los papeles que originalmente fueron escritos para castrati son interpretados por mujeres o por hombres con voces agudas naturales.