Padre Pío de Pietrelcina, también conocido como el Padre de los estigmas, fue un fraile italiano de la orden de los capuchinos quien vivió entre los años 1887 y 1968. El motivo por el cual es tan famoso es porque fue el único caso documentado en la historia en el cual una persona tenía estigmas. Estos son marcas en la piel que supuestamente son causadas por la presencia de un milagro.
Los estigmas de Padre Pío se manifestaron en septiembre de 1918. Estos fueron marcas de heridas en las manos, los pies y el costado iguales a las que Jesús recibió durante su crucifixión. Estas heridas nunca se cerraron y, según el testimonio de los médicos, no se pudieron explicar de ninguna manera científica. Estas heridas se acompañaban de un dolor intenso y desgarrador que el Padre Pío soportó durante los 50 años que duraron sus estigmas.
A pesar de que la Iglesia Católica lo canonizó en el año 2002, Padre Pío tuvo que enfrentar muchos estigmas durante su vida. En su época, algunos le acusaron de haberse autoherido para fingir los milagros. Otros señalaron que se trataba de una enfermedad mental. Una de las teorías más difundidas era que había hechizado a los testigos para que creyeran en sus milagros.
Pese a todo, las heridas de Padre Pío se mantuvieron abiertas durante los 50 años que duraron sus estigmas. Esto no es algo que se pueda explicar científicamente y para muchas personas es prueba de los milagros que él realizó. Esto ha sido uno de los motivos por los cuales Padre Pío es tan famoso y respetado en la Iglesia Católica.
El Padre Pío, también conocido como el Padre de los Dolores, fue un sacerdote italiano de la Orden de los Franciscanos. Nació en 1887 y murió en 1968. Es conocido por sus milagros y por los estigmas que llevaba en su cuerpo. A partir de los años 20 del siglo XX, comenzó a sentir dolores en su cuerpo y a ver sangre saliendo de sus manos, pies y costado derecho. Estas marcas eran los estigmas. El Papa Pío XII reconoció los estigmas del Padre Pío como un signo de su santidad.
El número de estigmas que llevaba el Padre Pío varía según las fuentes. Algunos autores afirman que llevaba cinco estigmas, mientras que otros afirman que eran tres. Estos estigmas consistían en dos agujeros en sus manos, uno en su costado derecho y dos en sus pies. Según la Orden Franciscana, el Padre Pío llevaba cuatro estigmas; dos en sus manos, uno en su costado derecho y uno en sus pies.
Los estigmas del Padre Pío eran conscientes de su presencia, a veces sangraban y eran dolorosos. Se dice que, durante toda su vida, el Padre Pío se sometió a numerosas pruebas médicas para demostrar la autenticidad de sus estigmas. Estas pruebas revelaron que sus estigmas eran auténticos y no eran causados por ningún trastorno mental o físico.
En el año 2003, el Padre Pío fue beatificado por el Papa Juan Pablo II. Esto fue seguido por su canonización en el año 2016. Su culto como santo ha sido reconocido por la Iglesia Católica y se le considera uno de los santos más importantes de la historia moderna.
En definitiva, el número de estigmas que llevaba el Padre Pío no está claro, aunque la Orden de los Franciscanos afirma que eran cuatro; dos en sus manos, uno en su costado derecho y uno en sus pies. Sus estigmas eran auténticos y fue declarado santo por la Iglesia Católica en el año 2016.
El Padre Pío de Pietrelcina fue un sacerdote italiano católico que nació en 1887. El padre Pío fue conocido por la aparición de estigmas en su cuerpo y por sus numerosos milagros atribuidos a Dios. Los estigmas fueron marcas visibles que aparecieron en su cuerpo, en sus manos, pies y costado, similares a las llagas de Jesús en la crucifixión. Estas marcas eran dolorosas, sangraban y despedían un olor desagradable.
Los estigmas del Padre Pío fueron observados por primera vez el 20 de Septiembre de 1918. Esto fue durante una misa, cuando el Padre Pío se sintió rodeado por una luz intensa y sintió un dolor intenso en sus manos y pies. Después de esto, comenzaron a aparecer las marcas de los estigmas. Estos no se curarían, a pesar de los intentos de los médicos de tratarlos. Las marcas del Padre Pío se mantuvieron durante 50 años hasta su muerte, en 1968.
Las marcas de los estigmas del Padre Pío fueron verificadas por numerosos médicos que certificaron que no eran una enfermedad o lesión conocidas. Esto, junto con los milagros atribuidos a Pío, le hizo una figura ampliamente venerada por los católicos. Esto también le llevó a ser beatificado por el Papa Juan Pablo II en 1999 y, finalmente, canonizado por el Papa Francisco en 2016.
En conclusión, los estigmas del Padre Pío aparecieron por primera vez el 20 de Septiembre de 1918, y se mantuvieron durante 50 años hasta su muerte. Estas marcas fueron certificadas por numerosos médicos como no siendo de origen natural. Esto, junto con los milagros atribuidos a Pío, le llevó a ser beatificado y canonizado por el Papa.
Los estigmas son marcas en la piel que, según la tradición cristiana, fueron impresas por el Espíritu Santo en algunos Santos por su gran devoción y santidad. Esto sucedió cuando Jesús aún estaba en la tierra. Los estigmas consistían en lesiones en la piel, como cortes, llagas, heridas, arañazos, etc. Estas heridas, difícilmente cicatrizaban y no dolían.
Los Santos con estigmas más conocidos son los cuatro Santos conocidos como los Santos de Asís. Estos son San Francisco de Asís, Santa Clara de Asís, Santo Domingo de Guzmán y Santa Catalina de Siena. Estos santos fueron los primeros en recibir estos estigmas, el primero fue San Francisco, el cual recibió estigmas en la cara, el cuello, el pecho, los brazos y las piernas. Los otros tres santos recibieron estigmas en menor medida, principalmente en la cara.
Además de los cuatro Santos de Asís, hay otros santos que también recibieron estigmas. Estos incluyen a San Benito de Nursia, San Antonio de Padua, San Pío de Pietrelcina y Santa Teresa de Ávila. Estos santos recibieron estigmas en la cara, el cuello, el pecho y los brazos. Estos estigmas, al igual que en los casos anteriores, eran indoloros y difícilmente cicatrizaban.
Los estigmas son una señal de la devoción profunda de los santos hacia Dios y de su gran santidad. En la actualidad, no se conoce ningún santo con estigmas, ya que estos son un misterio de Dios. Es una señal de que Dios todavía está muy presente en el mundo.