La Revelación es el acto mediante el cual Dios se hace conocer y comunica su Palabra a los hombres. Según el Catecismo de la Iglesia Católica, la Revelación es una manifestación de Dios que se produce por medio de la Palabra. Esta manifestación es una iniciativa divina que busca llevar a los hombres a la verdad y a la salvación. La Revelación es una realidad profunda que se produce al mismo tiempo en los corazones humanos.
La Revelación se realiza a través de la Escritura, en la que se encuentran los testimonios de los hombres que han encontrado a Dios. Esta Revelación se expresa en términos humanos, pero es divina en su origen. Esto significa que la Revelación es un regalo de Dios a los hombres. Esta Revelación no sólo contiene la Palabra de Dios, sino también la actitud de Dios. Esta actitud de Dios se manifiesta en el amor, la misericordia y la justicia.
La Revelación es un don de la gracia de Dios que nos ayuda a descubrir la verdad acerca de Dios. Esta Revelación nos ayuda a comprender la realidad de la vida, la naturaleza humana y la relación entre Dios y el hombre. La Revelación nos ayuda también a comprender el plan de Dios para la salvación de la humanidad. La Revelación nos abre los ojos para que podamos ver la grandeza de Dios y de su amor por nosotros.
La Revelación es un acto de Dios que nos invita a la conversión y al arrepentimiento. Esta Revelación nos ayuda a tomar decisiones correctas y nos lleva a actuar con justicia, compasión y amor. La Revelación nos ayuda a comprender la voluntad de Dios para nuestras vidas y nos guía hacia una vida de santidad. La Revelación es un don de Dios que nos invita a buscar su presencia en nuestras vidas y nos ayuda a descubrir la verdad acerca de la vida, el mundo y Dios.