Jesucristo nos enseñó la importancia de los niños en su reino. Él dijo: "Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos". Esto demuestra que Jesús valora a los niños y desea que ellos se acerquen a Él.
Además, Jesús nos insta a recibir el reino de Dios como un niño, ya que dijo: "De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos". Esto muestra que debemos tener la humildad y la confianza de un niño para poder acceder al reino de Dios.
Jesucristo también advierte sobre el trato que se debe tener hacia los niños. Él dijo: "Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar". Esto nos muestra que Jesús se preocupa por la protección y el cuidado de los niños, y que no tolerará ningún daño infligido a ellos.
En resumen, Jesucristo nos muestra que los niños son importantes en su reino y debemos acercarlos a Él. Además, nos enseña que para entrar en el reino de Dios debemos ser como niños, humildes y confiados. Y finalmente, nos advierte sobre el cuidado y protección que debemos tener hacia los niños, ya que son preciosos a sus ojos.
El Señor Jesús siempre tuvo un amor especial por los niños. En varias ocasiones, él mencionó la importancia de los niños en el Reino de Dios.
En una de sus enseñanzas, el Señor Jesús dijo: "Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios es de quienes son como ellos". Con estas palabras, Jesús mostraba la importancia de recibir a los niños y tratarlos con amor y afecto.
Otra vez, cuando los discípulos discutían sobre quién era el más grande en el Reino de los Cielos, Jesús llamó a un niño y lo puso en medio de ellos. Entonces dijo: "Les aseguro que si ustedes no cambian y no se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los Cielos". Con esta enseñanza, Jesús destacaba la importancia de la humildad y la confianza de un niño para entrar al Reino de Dios.
Además, Jesús también se mostró compasivo y cuidadoso con los niños. En una ocasión, algunas personas llevaban a los niños para que Jesús los tocara, pero los discípulos intentaron reprenderlos. El Señor Jesús, al ver esto, dijo: "Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el Reino de Dios es de quienes son como ellos. Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él". Estas palabras refuerzan la importancia de recibir a los niños y tratarlos con amor y respeto.
En resumen, Jesús enseñó que los niños son preciosos en el Reino de Dios. Él invitaba a todos a recibir a los niños, a ser como ellos en humildad y confianza, y a mostrarles amor y cuidado. Demostremos el amor de Jesús a los niños y tratémoslos con el mismo amor y cuidado que el Señor Jesús tenía hacia ellos.
Los niños son extremadamente importantes para Jesús. A lo largo de la Biblia, vemos que Jesús tenía un amor y cuidado especial por los más pequeños. No solo les mostraba cariño y compasión, sino que también los consideraba un ejemplo de humildad y fe.
Jesús dijo: "Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis, porque de los tales es el reino de Dios" (Marcos 10:14). Esto demuestra la importancia que Jesús daba a los niños, considerándolos dignos de recibir su amor y enseñanzas.
Además, Jesús también enseñó a sus discípulos a ser como niños, diciendo: "De cierto os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos" (Mateo 18:3). Esto muestra que Jesús valoraba la pureza, la sinceridad y la confianza de los niños.
Otro ejemplo de la importancia que Jesús daba a los niños se encuentra en Marcos 9:36-37, donde Jesús tomó a un niño en sus brazos y dijo: "El que reciba a uno de estos niños en mi nombre, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, no me recibe a mí sino al que me envió". Esto muestra que Jesús consideraba que el trato que recibimos de los niños tiene un impacto directo en nuestra relación con él.
Por lo tanto, podemos concluir que los niños son extremadamente importantes para Jesús. Él los ama, los valora y nos enseña a ser como ellos. Debemos cuidarlos, educarlos y mostrarles el amor de Jesús, para que puedan crecer en su fe y convertirse en ejemplo para los demás.
En el capítulo 19 de Mateo, los versículos 13 y 14 nos cuentan una enseñanza importante de Jesús sobre los niños. En esta ocasión, algunas personas trajeron a los niños para que Jesús los bendijera, pero los discípulos intentaron alejarlos. Pero Jesús les dijo: "Dejad a los niños venir a mí, y no les impidáis, porque de los que son como ellos es el reino de los cielos".
Con estas palabras, Jesús deja claro que los niños son bienvenidos y valorados en su reino. Además, nos enseña una lección importante sobre la humildad y la fe. Al referirse a los niños como ejemplo, Jesús resalta la importancia de tener un corazón puro y confiado en Dios.
Jesús continúa su enseñanza diciendo: "De cierto os digo, que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos". Aquí, él destaca que la actitud de humildad y confianza que los niños tienen es fundamental para entrar en el reino de los cielos.
Además, Jesús toma a los niños en sus brazos y los bendice, mostrando su amor y cuidado por ellos. Este gesto refuerza su mensaje de valor y importancia de los niños en su reino. Jesús nos invita a acoger, proteger y amar a los niños, y a seguir su ejemplo de humildad y fe.
En resumen, Jesús nos enseña que los niños son bienvenidos en su reino y son un ejemplo de humildad y fe. Nos anima a acogerlos y amarlos, y nos revela que de aquellos que son como ellos es el reino de los cielos. Siguiendo el ejemplo de Jesús, debemos valorar y proteger a los niños, y cultivar una actitud de humildad y confianza en Dios.
Uno de los mayores ejemplos del amor de Jesús hacia los niños se encuentra en las palabras que pronunció durante su ministerio terrenal. En Mateo 19:14, Jesús dijo: "Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos". Estas palabras muestran claramente la importancia que Jesús da a los niños y su deseo de acercarse a ellos y mostrarles su amor.
Jesús también demostró su amor por los niños en Lucas 18:15-17, cuando los discípulos intentaron apartar a los niños de él. Jesús les reprendió y dijo: "Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los que son como éstos es el reino de Dios". Jesús acoge a los niños con amor y los considera como modelos de fe y humildad.
Otro ejemplo del amor de Jesús hacia los niños se encuentra en Marcos 10:13-16. En este pasaje, las personas llevaban a sus hijos a Jesús para que los bendijera, pero los discípulos intentaron impedirlo. Jesús, en cambio, los abrazó y los bendijo, diciendo: "Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los que son como éstos es el reino de Dios". Jesús muestra su amor incondicional por los niños al recibirlos con ternura y bendecirlos.
En resumen, Jesús demuestra su amor por los niños al acogerlos con cariño, considerarlos como modelos de fe y humildad, y bendecirlos. Su deseo es que los niños se acerquen a él y experimenten su amor y gracia. No importa la edad, Jesús ama a todos los niños y desea tener una relación cercana con ellos.