Los Reyes Magos huyeron a Egipto después de haber visitado al niño Jesús en Belén. Este acontecimiento se menciona en el Evangelio de Mateo, en la Biblia. Según la historia, un ángel apareció en el sueño de José, el esposo de María, y le advirtió que Herodes, el rey de Judea, quería matar al niño.
Herodes tenía miedo de que el niño Jesús se convirtiera en el nuevo rey de Israel y amenazara su propio poder. Los Reyes Magos, quienes eran sabios de Oriente y habían llegado a adorar al niño, recibieron la misma advertencia divina y decidieron huir de Belén para salvar la vida del niño.
Por tanto, los Reyes Magos escaparon a Egipto porque era un lugar cercano y seguro, ya que ese país no estaba bajo el control de Herodes. Además, tenía fuertes lazos culturales y religiosos con la región de Judea. Así, José, María y Jesús permanecieron en Egipto hasta que Herodes murió.
La huida a Egipto de los Reyes Magos supuso el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento, que predecían un Mesías perseguido y refugiado, pero también demostró la protección divina hacia el niño Jesús. Esta historia es muy importante para la tradición cristiana y es recordada cada año en la festividad de la Epifanía.
Jesús José y María tuvieron que huir a Egipto por una razón muy importante. Se convirtieron en objetivos del rey Herodes, quien temía que el recién nacido Jesús pudiera llegar a convertirse en un rival para su reinado.
Herodes, gobernante de Judea en el siglo I a.C., había escuchado acerca del nacimiento de un nuevo "Rey de los Judíos" y se sintió amenazado por esa noticia. Por lo tanto, ordenó la ejecución de todos los niños menores de dos años en Belén, esperando de esta manera acabar con cualquier posible competencia.
Por supuesto, José y María, que eran padres amorosos, no querían poner en riesgo a su hijo Jesús. Así que, siguiendo un mensaje divino, huyeron a Egipto para evitar el peligro que les esperaba en Judea.
En Egipto, la familia de Jesús encontró refugio y protección. Durante este tiempo, Jesús probablemente aprendió sobre la cultura egipcia y absorbió muchas de sus enseñanzas. Sin embargo, eventualmente, la situación política en Judea cambió y Herodes murió. Por lo tanto, José y María regresaron a Judea con Jesús para comenzar una nueva vida allí.
La historia de la huida de José y María es conocida como la Huida a Egipto. Después del nacimiento de Jesús, los Reyes Magos le visitaron y Herodes, el rey de Judea, se enteró de esto. Herodes les pidió a los magos que le informaran del paradero del niño para que él también pudiera adorarlo, pero los magos optaron por no regresar con Herodes.
Herodes entonces dio la orden de matar a todos los niños menores de dos años de Belén. Un ángel del Señor apareció en un sueño a José y le advirtió que la vida de Jesús estaba en peligro, y que debían escapar a Egipto. José, María y el niño Jesús huyeron inmediatamente hacia Egipto, donde residieron hasta que Herodes murió.
La historia de la huida de José y María se menciona en varios textos bíblicos, como el Evangelio según Mateo, que afirma que la huida a Egipto fue para cumplir una profecía que decía: "Desde Egipto llamé a mi Hijo".
La huida a Egipto se considera un momento clave en la vida de la familia de Jesús, y es recordada en la tradición cristiana como una prueba de la fe y la obediencia de José y María ante las dificultades.
La huída a Egipto fue un evento fundamental en la historia cristiana, que se remonta a la época en que María y José huyeron con el niño Jesús de Belén a Egipto para escapar del rey Herodes, que buscaba matar a todos los niños varones menores de dos años de edad en su afán por mantener el poder.
De acuerdo a los relatos bíblicos, los ángeles aparecieron en sueños tanto a José como a los magos de oriente, anunciándoles que debían huir rápidamente del peligro inminente. Así, sin perder tiempo, tomaron al niño Jesús y partieron a Egipto. Fue un camino largo y difícil de casi 500 kilómetros, que debieron recorrer a lomo de un burro, enfrentando intensos desiertos y los peligros del camino.
La huída a Egipto duró unos tres años, durante los cuales la familia vivió en la ciudad egipcia de Heliópolis, donde encontraron refugio y tranquilidad. José, quien era un hombre trabajador, logró conseguir trabajo en una carpintería para mantener a su familia. Durante este período, el niño Jesús creció y se desarrolló, y muchos creen que aquí fue donde comenzó a desarrollar sus habilidades y conocimientos.
Finalmente, cuando Herodes murió, el ángel volvió a aparecer en sueños a José, para indicarle que ya era seguro volver a Israel. Entonces, tomaron al niño Jesús y regresaron a su hogar en Nazaret. Así, la huída a Egipto se convirtió en un acto simbólico de protección y fe, que ha resonado en la cultura occidental hasta nuestros días.
El relato de la huída a Egipto narra que poco después del nacimiento de Jesús, José recibió la advertencia divina de que Herodes buscaría al niño para matarlo. Por lo tanto, la familia huyó a Egipto para evitar la persecución.
La Biblia no especifica cuánto tiempo duró la huída a Egipto. Algunos comentaristas bíblicos y estudiosos sugieren que podría haber durado de varios meses a unos pocos años. Esto se debe a que la familia pudo haberse establecido en diferentes lugares de Egipto para evitar la atención no deseada. También es posible que hayan esperado a que Herodes muriera antes de regresar a Judea.
En la tradición cristiana, el episodio de la huída a Egipto se celebra el 30 de diciembre, un día después de la festividad de la Navidad. Esta fecha fue establecida por la Iglesia en el siglo VII y se conoce como la fiesta de los Santos Inocentes, en honor a los bebés que fueron masacrados por orden de Herodes en busca del niño Jesús.
A pesar de que la duración precisa de la huída a Egipto es incierta, este episodio sigue siendo un ejemplo de la fe y la confianza en Dios en medio de la adversidad. La historia nos muestra cómo José y María confiaron en la guía divina y estuvieron dispuestos a tomar medidas extremas para proteger a su hijo.