Los publicanos eran personas que recaudaban impuestos en el tiempo de Jesús. Estos individuos no gozaban de una buena reputación en la sociedad debido a que trabajaban para el dominio romano, que había invadido su tierra. Por tanto, los judíos los consideraban traidores y pecadores.
Sin embargo, Jesús no estigmatizaba a los publicanos. De hecho, algunos de ellos se convirtieron en seguidores suyos. Jesús les ofrecía su amistad y les extendía una mano amistosa y compasiva. De este modo, el papel de los publicanos en la sociedad comenzó a cambiar.
Además, la mayoría de los recaudadores de impuestos eran judíos, lo que generaba una gran desconfianza entre las personas. Los publicanos eran responsables de cobrar impuestos por parte del gobierno romano, y a menudo, añadían una comisión para beneficio propio. Por eso, eran considerados como explotadores de su pueblo y una carga adicional para la economía. En consecuencia, los publicanos eran vistos como indignos y poco respetables.
No obstante, Jesús ofreció una nueva perspectiva sobre los publicanos. Él no juzgaba a la gente según su trabajo o su posición en la sociedad, sino que los veía como seres humanos necesitados de amor y compasión. Por eso, muchos publicanos se sintieron atraídos hacia la enseñanza de Jesús y abandonaron su trabajo para seguirlo.
En conclusión, los publicanos desempeñaron un papel controvertido y mal visto en la sociedad de la época de Jesús. No obstante, Jesús demostró que ellos también podían recibir su amor y compasión, y les ofreció una oportunidad para redimirse. Su ejemplo continúa inspirando a las personas a aceptar y amar a aquellos que son marginados y menospreciados en nuestra sociedad.
En el tiempo de Jesús, el cobrador de impuestos era una figura muy importante en la sociedad. Este personaje era conocido como “publicano” y su función era recolectar impuestos para el gobierno romano. Los publicanos trabajaban como intermediarios entre el imperio y el pueblo y eran muy odiados por la sociedad judía.
Los publicanos eran considerados como traidores a la patria y como personas inmorales y fraudulentas, ya que ellos recaudaban más dinero del que debían, quedándose con una parte de los impuestos y cobrando un plus como soborno a los ciudadanos. Este soborno era conocido como “costumbres”, y fue objeto de críticas y denuncias por parte de los profetas judíos.
Jesús tuvo contacto directo con los publicanos y se les acusó constantemente de ser amigos de los traidores y pecadores. No obstante, Jesús defendió a los publicanos y comió con ellos. Incluso eligió a uno de ellos, Mateo, para convertirse en uno de sus discípulos.
En el evangelio de Lucas 19:1-10, se cuenta la historia de un publicano llamado Zaqueo que subió a un árbol para ver a Jesús pasar. Este encuentro cambió la vida de Zaqueo y lo llevó a devolver cuatro veces el dinero que había robado. Este relato es un ejemplo de cómo Jesús vino para los pecadores y los marginados, incluyendo a los publicanos.
En conclusión, el cobrador de impuestos o publicano era una figura crucial en la sociedad judía del tiempo de Jesús. Los publicanos eran vistos como traidores y explotadores, pero Jesús vino a llamarlos a una vida nueva y a invitarlos a formar parte del Reino de Dios, haciéndolos dignos de su amor y su gracia.
Los publicanos eran recaudadores de impuestos del Imperio Romano en Judea y Galilea durante el tiempo de Jesús. Eran considerados como "pecadores" por la sociedad judía de la época, ya que trabajaban para una potencia extranjera y eran conocidos por cobrar sumas excesivas y corromper las finanzas públicas.
Por otro lado, los fariseos eran miembros de un grupo religioso judío que desarrolló una estricta interpretación de la ley judía y se esforzaba por cumplirla rigurosamente en su vida cotidiana. Los fariseos eran considerados como líderes religiosos y enseñadores de la ley, pero también eran criticados por su hipocresía y legalismo extremo.
En muchos pasajes del Nuevo Testamento, Jesús se relaciona con publicanos y fariseos. A menudo confronta a los fariseos por su legalismo y por desviar la atención de la verdadera relación con Dios, mientras que también defiende a los publicanos y a otros "pecadores" de la sociedad.
En resumen, los publicanos eran recaudadores de impuestos que eran mal vistos por la sociedad judía de la época, mientras que los fariseos eran líderes religiosos que se esforzaban por cumplir rigurosamente la ley judía, pero eran criticados por su hipocresía. Jesús se relacionó con ambos grupos en su ministerio, enseñando y confrontándolos con su mensaje de amor y salvación.
Los publicanos eran una clase social que en la época romana se encargaba de recaudar los impuestos. Si bien cumplían una función importante en la sociedad, eran mal vistos por diversos motivos.
Uno de los principales motivos por los que eran mal vistos era su relación con el poder romano y su apoyo al mismo. Esto los hacía parecer traidores a los ojos del pueblo y los convertía en enemigos de los mismos.
Otro motivo importante era la forma en la que recaudaban los impuestos. Los publicanos estaban obligados a recaudar una cantidad determinada de dinero y muchas veces recurrían a formas deshonestas y abusivas para lograrlo.
Esto incluía el cobro de impuestos más altos de lo establecido, mediante amenazas o sobornos y el aprovechamiento de su posición de poder. Estas prácticas los hacían parecer avariciosos y corruptos.
Además, los publicanos eran considerados impuros y pecadores debido a su trabajo, ya que en la antigua sociedad judía recaudar impuestos de parte de los romanos era visto como cooperar con los opresores paganos y por ende, deshonroso.
En general, los publicanos eran vistos como personas desleales, deshonestas y avariciosas, lo que los colocaban en una situación de desprecio ante la sociedad.
En la antigüedad, un publicano era un recaudador de impuestos designado por el gobierno romano. Los publicanos eran vistos con desprecio por muchas personas, ya que a menudo eran conocidos por extorsionar a los ciudadanos para obtener más dinero de lo que se les debía.
Aunque un publicano podía ser cualquier persona, a menudo eran judíos que trabajaban para el Imperio Romano. Los judíos consideraban el trabajo de un publicano como traición, ya que implicaba trabajar para los romanos, quienes controlaban a los judíos.
Los publicanos solían trabajar en las carreteras y los puentes, donde cobraban los impuestos a los comerciantes y viajeros que pasaban por allí. También podrían cobrar impuestos sobre el comercio y la producción de bienes.
A pesar de que se les despreciaba, algunos publicanos eran ricos y poderosos debido a su trabajo. Uno de los publicanos más famosos fue el apóstol Mateo, quien renunció a su trabajo de recaudador de impuestos después de encontrarse con Jesús y se convirtió en una figura importante en la iglesia cristiana.
Hoy en día, los términos "publicano" y "fariseo" se usan a menudo como sinónimos de hipocresía y moralidad cuestionable. Sin embargo, es importante recordar la importancia histórica de los publicanos y su papel en la sociedad de la antigua Roma.