Los dones del Espíritu Santo son cualidades divinas que se otorgan a los creyentes para ayudarlos en su vida espiritual y en su servicio a Dios. Hay siete dones del Espíritu Santo mencionados en la Biblia: sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, conocimiento, piedad y temor de Dios.
La sabiduría es la capacidad de discernimiento y de ver las cosas desde la perspectiva de Dios. El entendimiento nos permite comprender la fe y la Trinidad. El consejo nos da la habilidad de tomar decisiones sabias y justas. La fortaleza nos da la valentía y la fuerza para seguir adelante en nuestra fe en situaciones difíciles.
El conocimiento nos da la capacidad de entender las cosas para aplicarlas en la vida. La piendad nos permite amar y honrar a Dios y a los demás en nuestra vida diaria. Finalmente, el temor de Dios es el respeto y obediencia reverente a Dios, es la sabiduría que proviene de nuestro conocimiento de quién es Dios y cuál es su papel en nuestras vidas.
Estos dones sirven para ayudarnos a cumplir nuestro propósito y llamar como cristianos. Los usamos para crecer en nuestra relación con Dios, comunicarnos mejor con los demás y para servir y bendecir a otros. A través de su presencia y dones, el Espíritu Santo nos capacita y nos guía para hacer la voluntad de Dios y llevar nuestros dones al mundo.