La historia de los Ultimos de Filipinas es una de las más trágicas de la historia de España en el siglo XIX. Estos soldados, que fueron abandonados a su suerte en la isla de Luzón tras la derrota del ejército español en la guerra de independencia filipina, resistieron durante meses en una iglesia de Baler ante el asedio de las fuerzas revolucionarias filipinas.
El último de los Ultimos de Filipinas, el soldado Vicente Ferrer, murió el 17 de junio de 1899, después de pasar casi un año encerrado en la iglesia de San Luis de Baler. Ferrer, que sobrevivió a las enfermedades y la falta de alimentos, fue capturado por las tropas filipinas cuando salió de la iglesia para buscar madera para el fuego.
A pesar de que los Ultimos de Filipinas fueron criticados en España por su resistencia, esta ha sido reconocida como un acto heroico en defensa del honor y la dignidad del país. El episodio también ha sido objeto de numerosas películas y obras de teatro, que han ayudado a mantener vivo el recuerdo de estos soldados.
Los últimos de Filipinas fue un término utilizado para referirse a los soldados españoles que resistieron en la fortaleza de Baler, en la isla de Luzón, tras la conclusión de la Guerra Hispanoamericana en 1898.
Estos soldados, mandados por el teniente coronel Saturnino Martín Cerezo, se mantuvieron atrincherados en la fortaleza durante 11 meses, luchando contra los insurrectos filipinos y sufriendo privaciones extremas, como escasez de comida y medicinas, enfermedades y la amenaza constante de un ataque enemigo.
Finalmente, los últimos soldados españoles restantes fueron rescatados en junio de 1899, después de que una expedición de tropas españolas organizada en Manila llegara a la fortaleza y se hiciera cargo de ellos. La supervivencia de estos soldados ha sido considerada un ejemplo de resistencia y patriotismo, aunque también ha sido objeto de diferentes interpretaciones y análisis históricos.
En resumen, los últimos de Filipinas mantuvieron su resistencia en la fortaleza de Baler durante 11 meses hasta su rescate en junio de 1899, siendo considerados un ejemplo de tenacidad y compromiso con la causa española.
Los últimos de Filipinas fueron unos soldados españoles que estuvieron sitiados durante más de 300 días en la iglesia de Baler, en la isla de Luzón, durante la Guerra Hispano-americana en 1898. La mayoría de ellos fallecieron durante el asedio, pero algunos lograron sobrevivir.
La pregunta que muchas personas se hacen es ¿dónde están enterrados los Ultimos de Filipinas? La respuesta no es sencilla, ya que algunos de ellos fueron enterrados en fosas comunes en el cementerio de Baler, mientras que otros fueron trasladados a otros lugares.
Uno de los soldados sobrevivientes, Eduardo Aznar, contó su experiencia en el libro "Los de Baler". Aznar fue uno de los que sobrevivieron al asedio y fue trasladado a Manila posteriormente. Allí fue sometido a un proceso de "repatriación" por parte de las autoridades españolas que querían que volviera a España para ser condecorado. Sin embargo, Aznar decidió volver a Baler para reunirse con su esposa india y allí falleció en 1943.
En la actualidad, en la iglesia de Baler se encuentra un pequeño museo dedicado a los últimos de Filipinas. Allí se pueden encontrar objetos y documentos relacionados con el asedio, así como fotografías de los soldados. También existe un monumento a los soldados, erigido en 1907, en la entrada de la iglesia.
En resumen, los últimos de Filipinas fueron enterrados en varias localizaciones, algunos en fosas comunes en el cementerio de Baler y otros trasladados a otros lugares. Actualmente, se les recuerda a través del museo y el monumento en la iglesia de Baler, donde llevaron a cabo una de las epopeyas más importantes de la historia de España en Ultramar.
Los Últimos de Filipinas son conocidos por ser un grupo de soldados españoles que defendieron la posición de Baler durante un año, aún después de que España perdiera sus colonias. Los soldados formaron parte de una expedición que se había desplazado desde Filipinas a Cuba para luchar en la guerra hispano-estadounidense.
Los soldados, liderados por el teniente Juan Alonso Zayas, fueron conocidos como los últimos de Filipinas debido a que las noticias de la paz entre España y Estados Unidos no llegaron a la aldea de Baler hasta casi un año después del acuerdo de rendición en agosto de 1898, y la guarnición continuó resistiendo y defendiendo la posición hasta junio de 1899.
Los nombres de los Últimos de Filipinas eran: Juan Alonso Zayas, Saturnino Martín Cerezo, Jesús García Quijano, Anastasio de Torrejón, José de la Torre, Juan Hernández Saravia, Eustaquio Alfonso, Manuel Bernal, Domingo Alvarez y Simón Tardo. Estos soldados pasaron a la historia por su valentía y su determinación en una situación extrema.
La historia de la colonización de Filipinas comenzó en el año 1565, cuando el conquistador español Miguel López de Legazpi llegó a la isla de Cebú y estableció la primera colonia española en el país. Desde entonces, y durante casi 333 años, Filipinas estuvo bajo el dominio de España.
Durante este largo periodo, España estableció una serie de instituciones y sistemas políticos, económicos y culturales en el país. Uno de los legados más duraderos fue la religión católica, que se convirtió en la religión predominante y moldeó la sociedad y la cultura filipinas.
Sin embargo, la colonización española también tuvo un impacto negativo en el país. La explotación económica y la opresión política y social de los filipinos por parte de los conquistadores españoles llevaron a una serie de revueltas y disturbios, incluido el famoso levantamiento de Katipunan en 1896.
Finalmente, en 1898, después de siglos de dominio español, Filipinas logró su independencia. Este hecho histórico no solo marcó el fin de la colonización española, sino también el comienzo de una nueva era en la historia de Filipinas.
En resumen, el periodo de colonialismo español en Filipinas duró casi 333 años, durante los cuales el país experimentó tanto los beneficios como las desventajas de la colonización. Sin embargo, este legado histórico sigue siendo importante en la cultura y la identidad de los filipinos hasta el día de hoy.