La enseñanza de Jesús acerca de los niños es una de las más profundas y conmovedoras que se encuentran en la Biblia. En el evangelio de Mateo, se registra una ocasión en la que unos padres llevaron a sus hijos hasta donde estaba Jesús. Los discípulos trataron de alejarlos, pero Jesús les dijo: "Dejad que los niños se acerquen a mí, porque de los que son como ellos es el Reino de los Cielos".
Este pasaje es muy significativo por varias razones. En primer lugar, muestra que Jesús tenía un gran amor por los niños y quería estar con ellos. Él no los consideraba como una distracción o un estorbo, sino como seres humanos valiosos que merecían su atención y cuidado. En segundo lugar, esta enseñanza destaca la importancia de la humildad y la sencillez en la vida cristiana. Los niños son ejemplos perfectos de estas cualidades, ya que no tienen pretensiones ni aires de grandeza.
Además, la frase "dejad que los niños se acerquen a mí" es una invitación abierta a todas las personas para que se acerquen a Jesús. Él no pone obstáculos ni limitaciones a quienes quieran acercarse a él y buscar su perdón y su amor. Por último, esta enseñanza muestra la centralidad del Reino de Dios en el ministerio de Jesús. Él no estaba interesado en el poder, la riqueza o el prestigio, sino en anunciar el Reino y acoger a todos los que quisieran formar parte de él.
En resumen, la enseñanza de Jesús acerca de los niños es una lección valiosa para todos los cristianos. Debemos amar y cuidar a los niños, seguir su ejemplo de humildad y sencillez, y acercarnos a Jesús con la misma actitud. Como dijo el propio Jesús: "Dejad que los niños se acerquen a mí, porque de los que son como ellos es el Reino de los Cielos".
En la cultura judía, los niños eran considerados como seres inferiores y sin importancia. Sin embargo, Jesús subvertió esta visión y les concedió una posición privilegiada. En sus enseñanzas, demostró que Dios pone gran valor en los niños, y nos deja varias lecciones importantes sobre ellos.
Una de las enseñanzas más destacadas de Jesús es sobre la necesidad de ser como niños si queremos entrar al reino de los cielos. Él afirmó que "el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él" (Marcos 10:15). Esto significa que debemos ser humildes, sinceros y tener una fe sencilla como la de los niños, sin pretensiones ni arrogancia.
Otro aspecto importante que nos enseña Jesús sobre los niños es su importancia y dignidad como seres humanos. Él acogía y bendecía a los niños, llegando incluso a decir que "de los tales es el reino de los cielos" (Mateo 19:14). Jesús nos muestra que debemos tratar a los niños con respeto y amor, reconociendo que son imágenes de Dios y valiosos miembros de nuestra sociedad.
Por último, Jesús nos invita a ser guardianes y protectores de los niños. El mismo dijo que "el que haga tropezar a uno de estos pequeños que creen en mí, mejor le sería que le colgaran al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno y que se ahogara en lo profundo del mar" (Mateo 18:6). Esto nos recuerda nuestra responsabilidad de cuidar y proteger a los niños, evitando cualquier forma de abuso o negligencia hacia ellos.
En conclusión, Jesús nos enseña el valor y la importancia de los niños, y nos llama a ser como ellos en humildad y fe. Además, nos invita a protegerlos y tratarlos con amor, para que puedan crecer sanos y felices en un mundo más justo y digno.
En varias ocasiones, Jesús dice que sus seguidores deben ser como niños. Pero, ¿qué quiere decir con esto?
En una de sus enseñanzas, Jesús dice que "el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él". Aquí está hablando de la actitud de humildad, confianza y sencillez que caracteriza a los niños. Esta actitud es esencial para entrar en el Reino de Dios, porque solo así podemos abrirnos a la gracia divina.
Otra vez que Jesús habla sobre ser como niños es cuando llama a un niño y lo pone en medio de sus discípulos. Él les dice que "el que recibe a un niño como este en mi nombre, me recibe a mí". En este caso, Jesús está hablando de la importancia de tratar a los demás con amor y respeto, sin importar su posición o estatus social. De hecho, Jesús dice que los más pequeños y humildes son los que tienen un lugar especial en el Reino de Dios.
Por lo tanto, cuando Jesús dice que debemos ser como niños, no se refiere a ser infantiles o inmaduros en nuestra fe. Más bien, está hablando sobre adoptar una actitud de humildad, confianza y sencillez en nuestra relación con Dios y con los demás.
En la vida hay personas que quieren ser recordadas por grandes hazañas, por tener una gran fortuna material o por ser los más populares. Sin embargo, hay una persona que ha logrado trascender por su amor por los más pequeños, por su amor por los niños.
Esa persona es Jesús, quien dijo: "Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos" (Mateo 19:14).
Esta invitación de Jesús a los niños no solo muestra su amor por ellos, sino también su reconocimiento de su importancia en la sociedad. Los niños son el futuro de la humanidad y necesitan ser amados y protegidos para poder desarrollarse en personas integrales y felices.
La invitación de Jesús también nos enseña la importancia de ser como niños. Los niños tienen una actitud humilde, sencilla y sincera que muchos adultos han perdido en el camino. Ser como niños significa ser humildes ante Dios, tener fe y amor en el corazón y una actitud de servicio hacia los demás.
Jesús nos muestra así el camino a seguir en nuestra vida, para que podamos compartir el amor y la alegría que Él tiene hacia los niños. Permitamos que los niños se acerquen a nosotros, para que podamos aprender de ellos y enseñarles también lo que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida.
El pasaje de Mateo 19:13-14 relata el momento en que algunos padres llevaron a sus hijos a Jesús para que les impusiera las manos y los bendijera.
Los discípulos intentaron impedir que los niños se acercaran a Jesús, pero él les dijo: "Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos".
Esta historia nos enseña que Jesús siempre está dispuesto a recibir a los más pequeños y a los que tienen corazón de niño. Nos muestra que debemos ser humildes, sencillos y confiar en Dios como lo hacen los niños, para poder entrar en el reino de los cielos.
No debemos subestimar a los niños, pues Jesús nos enseña que ellos también pueden conocer y amar a Dios. Los padres también tienen la responsabilidad de llevar a sus hijos a Jesús y enseñarles sobre él desde pequeños.
En resumen, el pasaje de Mateo 19:13-14 nos invita a ser humildes y tener la fe de un niño, a confiar en Dios y a no subestimar a los más pequeños. Que podamos aprender de esta enseñanza de Jesús y aplicarla en nuestras vidas diarias.