Las obras de misericordia son un conjunto de comportamientos que invitan a la solidaridad y al respeto por los demás. Estas acciones son promovidas por la religión cristiana, pero también forman parte de la moral y la ética de todas las culturas. Las obras de misericordia se dividen en dos categorías: corporales y espirituales.
Las obras de misericordia corporales son aquellas relacionadas con la salud y el bienestar físico de las personas. Estas obras se concretan en acciones como alimentar a los hambrientos, dar de beber a los sedientos, vestir a los desnudos, acoger a los extranjeros, visitar a los enfermos, encarcelados y enterrar a los muertos.
Las obras de misericordia espirituales se refieren a la mejora del espíritu y la alma de las personas. Estas obras se concretan en acciones como dar consejo a los necesitados, enseñar a los ignorantes, corregir a los que se desvían, consolar a los afligidos, perdonar las ofensas, soportar pacientemente los sufrimientos y orar por los vivos y los muertos.
Las obras de misericordia son una invitación a la compasión, la solidaridad y el respeto por los demás. Al practicarlas, nos ayudan a mejorar como seres humanos y a construir un mundo más justo.