Fátima es una pequeña ciudad portuguesa ubicada a unos ciento cincuenta kilómetros de Lisboa. Es un lugar de profunda devoción católica por haber sido testigo del Milagro del Sol en 1917. Este milagro se produce durante una aparición de la Virgen María a tres pastorcitos, que a lo largo de seis meses recibieron mensajes de ella.
En agosto de ese año, la Virgen anunció que iba a realizar un milagro el día 13 de octubre para que todos los presentes creyeran en sus mensajes. El día 13, aproximadamente 70.000 personas se reunieron en Fátima para presenciar el milagro. De repente, el cielo se oscureció y el sol comenzó a moverse de forma extraña, como si fuera una bola de fuego o una rueda de carreta que girara en el cielo.
Los testigos dijeron que el sol se movió en círculos, dando vueltas alrededor de la tierra. Algunos informaron que habían visto los colores del arco iris alrededor del sol. Otros contaron que sus ropas y el suelo se habían teñido de un color amarillo brillante. Después de algunos minutos, el sol regresó a su lugar y el cielo volvió a ser claro y azul.
Desde entonces, el Milagro del Sol de Fátima se ha convertido en uno de los mayores milagros de la Iglesia Católica. Durante años, la Iglesia ha reconocido el milagro, y el 13 de mayo de 1930 el Papa Pío XI lo declaró oficialmente como un milagro. Desde entonces, el 13 de octubre se celebra como el día de la Virgen de Fátima.
El milagro del sol ocurrió el 13 de octubre de 1917 en Fátima, Portugal. Esta fue la sexta y última aparición de la Virgen María a tres pastorcitos, Lucia, Francisco y Jacinta. El milagro fue visto por miles de personas que se reunieron en el lugar ese día.
Según los relatos de los testigos, había una oscuridad extraña durante dos horas antes de que el sol apareciera y se moviera de un lado a otro en el cielo, como si estuviera bailando. También hubo fenómenos inexplicables, como la desaparición repentina de las nubes. Muchas personas creyeron que el sol había caído del cielo.
Los testigos también afirmaron haber visto colores brillantes y destellos que provenían del sol. Algunas personas experimentaron una sensación de calor en su cara y en sus manos mientras miraban el milagro. Otras experimentaron una sensación de paz en su corazón.
Después del milagro, los tres pastorcitos recibieron un mensaje de la Virgen María. Ella les dijo que rezaran el rosario todos los días para pedirle a Dios que los protegiera de la guerra y los ayudara a estar cerca de Él. Desde entonces, miles de personas se han reunido en Fátima para recordar el milagro del sol y rezar el rosario.
El Milagro del Sol ocurrió el 13 de octubre de 1917 en Fátima, Portugal. Se dice que una multitud de aproximadamente 70,000 personas presenciaron un milagro único y místico. Una luz cegadora, dando vueltas y cambiando de color desde blanco a azul, rojo, amarillo y ámbar, se vio durante unos diez minutos. Esta luz se asoció con la aparición de la Virgen María.
Durante los seis meses anteriores a este milagro, los niños pastores Lúcia Santos y sus primos Jacinta y Francisco Marto presenciaron apariciones de una mujer vestida de blanco. Esta mujer se identificó como la Virgen María.
Según los relatos, los niños pastores también presenciaron una segunda aparición de la Virgen María el 13 de octubre de 1917. Esta vez, la Virgen María les dijo que, como milagro para que todos los presentes creyeran, el sol se movería y cambiaría de color. Y así fue, mientras la multitud miraba, el sol dio vueltas y cambió de color.
Desde entonces, este evento se conoce como el Milagro del Sol y es venerado por católicos de todo el mundo. Esta aparición fue posteriormente aprobada por la Iglesia Católica como un milagro real. Desde entonces, el 13 de octubre se conoce como el Día de Fátima, y se celebra con grandes fiestas religiosas y procesiones en el lugar donde se produjo el milagro.
El último mensaje de la Virgen de Fátima fue entregado el 13 de octubre de 1917, durante la sexta y última aparición de la Virgen María a los tres pastorcitos Lucía, Francisco y Jacinta. En este evento, la Virgen María transmitió un mensaje profético a los tres niños. Según el mensaje, los niños debían sufrir y rezar mucho por la conversión de los pecadores. Además, la Virgen les pidió a los tres pastorcitos que se consagraran a ella y que promovieran la devoción al Santísimo Sacramento y al Inmaculado Corazón de María.
Durante el último mensaje, la Virgen María también les dijo a los tres niños que la guerra terminaría pronto. El mensaje de Fátima también incluyó una promesa de conversión, que significaba que, si el mundo rezaba y cumplía las peticiones de la Virgen, el mundo podría experimentar la paz y la reconciliación. La Virgen también les dijo a los niños que si la gente no se convertía y no cumplía con sus peticiones, el mundo se enfrentaría a otra gran guerra.
Finalmente, la Virgen de Fátima les pidió a los tres niños que rezaran el Rosario todos los días, y les dio la promesa de que su oración sería escuchada. El último mensaje de la Virgen de Fátima ha sido una fuente de inspiración y consuelo para los católicos durante muchos años y seguirá siendo una fuente de esperanza para el mundo.
La Virgen de Fátima es una aparición mariana que tuvo lugar en los años 1917 y 1918 en Fátima, Portugal. Durante la aparición, la Virgen María apareció a los tres pastorcitos – Lucia, Francisco y Jacinta – tres veces cada mes durante seis meses consecutivos. La Virgen María realizó una serie de milagros durante estas apariciones.
Uno de los milagros más famosos ocurrió durante la última aparición en octubre de 1917. Durante esta aparición, la Virgen de Fátima le dijo a los tres niños que, si rezaban mucho, ella los haría ver un milagro el día 13 de octubre. El milagro que la Virgen prometió se cumplió, cuando una lluvia de luz cayó sobre la multitud de personas que acudieron a ver a la Virgen María.
Otro milagro que se atribuye a la Virgen de Fátima es el milagro de la curación de la joven Lucia. Lucia había estado sufriendo de una dolencia cardíaca desde que tenía dos años. Durante la primera aparición de la Virgen María, Lucia fue curada de forma milagrosa, lo cual fue una señal de que la Virgen de Fátima era realmente quien decía ser.
También se atribuyen a la Virgen de Fátima otros milagros, como el milagro de la multiplicación de los panes. Esto ocurrió durante la primera aparición, cuando la Virgen de Fátima proveyó a los tres niños de alimentos para que comieran. Los alimentos se multiplicaron de forma milagrosa para alimentar a la multitud de personas que habían acudido a ver a la Virgen María.
En total, se cree que la Virgen María realizó un total de cinco milagros, aunque algunos creen que hubo más. Estos milagros son una prueba de la realidad de la aparición de la Virgen María y de la divinidad de la Virgen de Fátima.