El Evangelio leído durante la liturgia del Jueves Santo es conocido como el Evangelio de la Última Cena. Jesús se reunió con sus discípulos en una habitación para compartir la Pascua judía. Durante la cena, Jesús instituyó la Eucaristía, tomando pan y vino y diciendo a sus discípulos que estos elementos representaban su cuerpo y sangre. Este acto simbólico sería el fundamento de la celebración de la Santa Misa en la Iglesia Católica.
En el Evangelio, también se relata cómo Jesús lavó los pies de sus discípulos. Este gesto humilde y servicial simbolizaba la importancia de la humildad y el servicio en la vida de un seguidor de Cristo. Jesús les enseñó que deben amarse y servirse los unos a los otros, sin importar su posición o estatus.
Además, durante esta Última Cena, Jesús anunció la traición de uno de sus discípulos. En el Evangelio se menciona cómo Jesús identificó a Judas Iscariote como el traidor. Esto se cumpliría más tarde cuando Judas entregó a Jesús a las autoridades judías a cambio de treinta monedas de plata. Este acto de traición marcaría el comienzo de la Pasión y la crucifixión de Jesús.
La lectura de este Evangelio durante la liturgia del Jueves Santo nos recuerda la importancia de la Eucaristía y el mandamiento del amor y el servicio mutuo. También nos invita a reflexionar sobre la traición de Judas y el sacrificio supremo de Jesús en la cruz. Es un momento de profunda reflexión y preparación para los eventos que se desarrollarán en el Viernes Santo y la Resurrección de Cristo en el Domingo de Pascua.
El Evangelio del Jueves Santo es uno de los pasajes bíblicos más importantes en la celebración de la Semana Santa. Este día se conmemora la última cena de Jesús con sus discípulos antes de su crucifixión.
Según el Evangelio de Juan, durante la cena, Jesús pronuncia palabras significativas y realiza un acto simbólico al lavar los pies de sus discípulos. En este gesto humilde, Jesús les enseña la importancia del servicio y la humildad.
En el Evangelio, también se nos relata cómo Jesús anuncia la traición de uno de sus discípulos. Jesús revela que uno de ellos le entregará, lo cual provoca consternación entre los presentes y la pregunta angustiada de quién será el traidor.
Otro momento clave del Jueves Santo es la institución de la Eucaristía. Jesús toma pan y vino, los bendice y los ofrece a sus discípulos como su cuerpo y sangre, diciendo: "Haced esto en memoria mía". Es en este momento que se establece el sacramento de la Eucaristía, que los cristianos celebran hasta el día de hoy.
Después de la última cena, Jesús y sus discípulos se dirigen al monte de los Olivos, donde Jesús se retira a orar. Es en este lugar donde Jesús vive la agonía en el huerto de Getsemaní, momentos antes de su arresto.
En resumen, el Evangelio del Jueves Santo nos presenta la última cena de Jesús con sus discípulos, el lavado de pies, la traición de Judas, la institución de la Eucaristía y la agonía en el huerto. Estos acontecimientos son fundamentales en la vida y pasión de Jesús, y son recordados y celebrados por los cristianos en la Semana Santa.
El Jueves Santo es un día de gran importancia en la vida de Jesucristo. Durante este día, Jesús pronunció numerosas palabras que han quedado grabadas en la memoria colectiva de los cristianos y que son consideradas como enseñanzas fundamentales.
En el contexto de la Última Cena, Jesús dijo a sus discípulos: "Tomen y coman, este es mi cuerpo". Con estas palabras, Jesús instituyó el sacramento de la Eucaristía, dejando claro que su cuerpo y su sangre serían el alimento espiritual para sus seguidores.
Más adelante, Jesús les dijo a sus discípulos: "Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros". Con esta enseñanza, Jesús resaltó la importancia del amor fraternal y dejó claro que ese sería el distintivo fundamental de sus seguidores.
Otra frase clave pronunciada por Jesús en el Jueves Santo fue: "No se turben ni tengan miedo". Jesús sabía que sus discípulos tendrían que enfrentar dificultades y persecuciones, pero les instó a confiar en Él y a no permitir que el miedo los paralizara.
En otro momento de la Última Cena, Jesús les dijo a sus discípulos: "Permanezcan en mí, y yo en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, sino que tiene que permanecer en la vid, ustedes tampoco pueden dar fruto si no permanecen en mí". Con estas palabras, Jesús enseñó la importancia de mantener una relación íntima y constante con Él, para poder dar frutos de amor, paz y justicia en el mundo.
En resumen, en el Jueves Santo Jesús pronunció palabras llenas de enseñanzas fundamentales para la vida cristiana. A través de sus enseñanzas sobre la Eucaristía, el amor fraternal, el no tener miedo y la importancia de permanecer en Él, Jesús dejó un legado invaluable que sigue vigente en la actualidad y que guía a millones de personas a seguir sus enseñanzas y a vivir una vida conforme a su ejemplo.
En el lavatorio de pies, Pedro se dirigió a Jesús con asombro y desconcierto. Él no podía comprender por qué su Maestro estaba dispuesto a realizar una tarea tan humilde y servil.
Con una mezcla de incredulidad y admiración en su voz, Pedro le preguntó a Jesús: "Señor, ¿tú me lavas los pies a mí?" Pedro no podía aceptar que alguien como Jesús, a quien consideraba el Mesías y el Salvador, estuviera dispuesto a realizar una tarea tan indignante.
Jesús, con amor y paciencia, respondió a Pedro: "Lo que yo hago ahora, tú no lo entiendes, pero lo comprenderás más adelante". Jesús sabía que Pedro no podía entender completamente el significado y la importancia de este acto de servicio en ese momento, pero lo entendería en el futuro.
Ante la negativa inicial de Pedro, Jesús le advirtió: "Si no te lavo, no tendrás parte conmigo". Jesús quería transmitirle a Pedro que la humildad y el servicio eran fundamentales en el seguimiento de Cristo. Si Pedro no permitía que Jesús le lavara los pies, no podría ser su discípulo y compañero en el reino de Dios.
Ante estas palabras, Pedro cambió de opinion y exclamó: "Señor, no solo los pies, sino también las manos y la cabeza". Pedro entendió que si el lavado de pies era un requisito para seguir a Jesús, entonces estaba dispuesto a someterse completamente al servicio y la humildad.
Jesús, satisfecho con la respuesta de Pedro, le explicó: "El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo su cuerpo está limpio". Jesús enseñó a Pedro que el lavado de pies era un símbolo de limpieza espiritual y purificación, y que aquellos que habían sido transformados por su amor ya estaban limpios.
En resumen, Pedro expresó su sorpresa inicial por la disposición de Jesús a lavarle los pies, pero luego aceptó humildemente el acto de servicio. Jesús aprovechó esta oportunidad para enseñarle a Pedro sobre la importancia de la humildad, el servicio y la purificación espiritual.
El Viernes Santo es uno de los días más importantes dentro de la Semana Santa. Durante esta jornada, se recuerda la crucifixión y muerte de Jesús en la cruz.
En la liturgia católica, se realiza una ceremonia especial en la que se lee un pasaje del Evangelio que relata los eventos que llevaron a la crucifixión. Este pasaje se conoce como el Evangelio de la Pasión.
El Evangelio de la Pasión se divide en varias partes, comenzando con la Última Cena de Jesús con sus discípulos en la que instituye la Eucaristía. A continuación, se relata la traición de Judas, la negación de Pedro y la entrega de Jesús a las autoridades romanas.
Otro fragmento importante es el juicio de Jesús ante Pilato, en el que la multitud pide su crucifixión y Pilato se lava las manos. Después, se describe el camino hacia el Calvario, la crucifixión y la muerte de Jesús en la cruz.
Finalmente, el Evangelio de la Pasión concluye con el entierro de Jesús en el sepulcro, anticipando su resurrección en el tercer día.
En resumen, durante el Viernes Santo se lee el Evangelio de la Pasión, que narra los eventos que llevaron a la crucifixión y muerte de Jesús en la cruz. Este pasaje es fundamental en la liturgia católica y nos ayuda a reflexionar sobre el sacrificio de Jesús por la salvación de la humanidad.