Los sacramentos son ritos religiosos esenciales dentro de la doctrina católica, en los que se realizan acciones significativas para la relación entre Dios y el hombre. Estos ritos son usados para marcar una transición en la vida del fiel, ya sea para celebrar una nueva etapa de la vida, como el casamiento, o para recordar los méritos y sacrificios de Cristo, como en la Santa Comunión.
Los sacramentos son siete en total, y cada uno de ellos simboliza una acción o una virtud específica. El bautismo es el sacramento mediante el cual se inicia la vida cristiana. El bautizo limpia al alma de todos los pecados originales, y el nuevo creyente recibe la gracia de Dios. El Sacramento de la Confirmación es el momento en que el creyente confirma su fe ante Dios. En la Penitencia, el pecador se arrepiente de sus pecados y se reconcilia con Dios. La Eucaristía es el sacramento que recuerda el sacrificio de Cristo por el perdón de los pecados. La Unción de los Enfermos es para fortalecer el alma de los enfermos en su camino hacia la recuperación. El Sacramento del Orden es cuando el sacerdote recibe el llamado divino a servir a Dios. Finalmente, el Matrimonio es el sacramento que une a dos personas en una relación sagrada.
Los sacramentos son una parte importante de la vida cristiana. Ayudan a los creyentes a recordar la importancia de la fe y el compromiso con Dios. También sirven como marcadores importantes en la vida de los devotos, para celebrar y recordar los dones de Dios a través de la vida. Por lo tanto, los sacramentos son una bendición para aquellos que tienen la fe para practicarlos.