La Novena de los Difuntos es una práctica de devoción católica que se realiza en honor a los fieles difuntos. Se reza durante nueve días consecutivos comenzando el día en el que se entierra al difunto. La novena se inicia con la señal de la cruz y la oración de un Padre Nuestro al inicio de cada día. A continuación se rezan tres Ave Marías y se concluye con la letanía del día.
Cada día de la novena se recuerda una virtud especial de los fieles difuntos. Los días 1 y 2 se recuerda la paciencia, los días 3 y 4 la esperanza, los días 5 y 6 la caridad, los días 7 y 8 la humildad y el último día la pureza. Estas cinco virtudes se mencionan durante la letanía. Durante la recitación de la letanía se invita al difunto a rezar por aquellos que están vivos para que puedan alcanzar la salvación.
Durante la novena también se cantan himnos y se rezan varias oraciones, que se pueden encontrar en libros de oraciones y en internet. Una oración importante que se reza durante la novena es la Oración por los Difuntos de San Francisco de Sales. Esta oración se reza al final de cada jornada de la novena para pedirle a Dios que proporcione consuelo a los difuntos y a aquellos que están vivos.
Cuando la novena concluye, los familiares y amigos del difunto se reúnen para celebrar una misa en su honor. Durante la misa se recuerdan los buenos momentos compartidos con el difunto e invitan a los asistentes a rezar por la salvación de su alma. La misa es una buena forma de honrar a los difuntos y mantener viva su memoria.