El diezmo es un concepto que ha estado presente en diversas culturas y religiones a lo largo de la historia. Se trata de una práctica que se refiere a la entrega de una décima parte de los ingresos o producciones a una institución religiosa o a su líder. El origen del diezmo se remonta a la antigua Mesopotamia, en la época del Imperio Babilónico, donde se cobraba una tasa del diez por ciento sobre la cosecha para abonar los servicios religiosos.
En las religiones abrahámicas, como el judaísmo, el cristianismo y el islamismo, el diezmo está basado en la tradición bíblica. En la Biblia se menciona el diezmo como una forma de expresar gratitud y adoración a Dios. En el Antiguo Testamento, específicamente en Deuteronomio 14:22-29, se establece que los israelitas debían entregar el diez por ciento de su cosecha y ganado al templo y a los sacerdotes.
A lo largo del tiempo, el concepto de diezmo ha evolucionado y se ha extendido a otras religiones. En la Iglesia Católica, el diezmo se considera una forma de contribuir al sostenimiento económico de la comunidad religiosa y a la difusión de la palabra de Dios. En otras iglesias cristianas, el diezmo es visto como un acto de fe y obediencia a Dios.
El concepto del diezmo ha sido objeto de discusión y controversia en la Biblia, y ha sido interpretado de diferentes maneras a lo largo de los siglos. Pero, ¿quién inventó el diezmo en la Biblia?
Según se menciona en Génesis 14:18-20, Abraham fue el primer hombre que entregó un diezmo a Melquisedec, un sacerdote y rey de Salem. Este acto fue considerado un gesto de gratitud y reconocimiento hacia Dios por las bendiciones recibidas.
Aunque el diezmo de Abraham fue un acto voluntario, el diezmo posteriormente se convirtió en una práctica regular en la cultura judía. La Ley de Moisés, dada por Dios a Moisés en el Monte Sinaí, requería que los israelitas entregaran el 10% de sus ingresos al templo y los sacerdotes.
La práctica del diezmo también se menciona en el Nuevo Testamento, pero sin una prescripción legalista. Jesús habla del diezmo en Mateo 23:23 y Lucas 11:42, pero enfatiza la importancia de la ley, la justicia y el amor a Dios y al prójimo en lugar de la práctica del diezmo.
En resumen, el diezmo fue una práctica iniciada voluntariamente por Abraham en la Biblia, pero más tarde se convirtió en una parte integral de la cultura judía según lo prescrito por la Ley de Moisés.
El diezmo es un término que proviene del latín decimu y que en el ámbito religioso se refiere a la décima parte de los ingresos o producciones que se entregan a la iglesia o a los sacerdotes.
Con respecto a la pregunta de ¿Donde dice que hay que dar el diezmo? La respuesta se encuentra en diversos pasajes de la biblia, como por ejemplo en el libro de Levítico capitulo 27 versículo 30 que dice: "El diezmo de todo lo que la tierra produce, ya sea grano del campo o fruto de los árboles, pertenece al Señor; es una cosa consagrada al Señor".
Otro de los pasajes bíblicos que hablan acerca del diezmo es el libro de Deuteronomio capitulo 14 versículo 22 que dice: "Cada año apartarás el diez por ciento de todos los productos del campo que recojas".
Por lo tanto, podemos concluir que según la biblia, el diezmo debe ser entregado a Dios y a los servicios relacionados con la iglesia. Aunque, algunos cristianos interpretan estos textos de manera diferente y deciden dar sus diezmos a organizaciones que realizan obras benéficas y caritativas.
Jesús habló sobre los diezmos en varias ocasiones, especialmente en el contexto de sus debates con los fariseos y los escribas. A través de sus enseñanzas, Jesús destacó la importancia de ser justos y misericordiosos en lugar de obsesionarse con seguir al pie de la letra las leyes religiosas.
En una de sus enseñanzas, Jesús le dice a los fariseos que no deben descuidar los "asuntos más importantes de la ley", como la justicia, la misericordia y la fe. Él les recuerda que, aunque deben dar sus diezmos, no deben "descuidar aquello que es más importante". (Mateo 23:23)
En otro pasaje, un fariseo lo invita a comer en su casa y Jesús usa la oportunidad para criticar el enfoque legalista de los fariseos. Él les dice que se centran demasiado en cumplir sus reglas y no en las cosas más importantes, como la justicia y el amor de Dios. En este pasaje, Jesús les dice que no deben dejar de lado los diezmos, pero que no deben hacerlo a costa de ignorar lo que es justo y amoroso.
Finalmente, en el Evangelio de Lucas, Jesús se encuentra con un rico que está orgulloso de su riqueza y le pregunta cómo puede ganar vida eterna. Jesús le dice que debe seguir los mandamientos, y cuando el rico le pregunta cuáles, Jesús responde "No cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no dirás falso testimonio, honrarás a tu padre y a tu madre y amarás a tu prójimo como a ti mismo." El hombre le dice que ha cumplido todo esto, y Jesús le indica que venda sus posesiones, dé el dinero a los pobres y luego lo siga. Esta enseñanza destaca que Jesús no se preocupa solo por los diezmos, sino por el amor y la justicia, por encima de la riqueza y las posesiones terrenales.
La enseñanza de dar el diezmo a Abraham es tema de controversia. Según la Biblia, después de que Abram rescató a su sobrino Lot del rey de Sodoma, Melquisedec, "rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo", le bendijo y le dio pan y vino como oferta sacrificial.
En respuesta, Abram le dio el diezmo de todo lo que tenía. Así queda registrado en Génesis 14:20: "Y Abram le dio el diezmo de todo". A partir de ese momento, se considera el diezmo como una práctica religiosa.
Algunos estudiosos creen que Melquisedec fue una figura divina y la fuente de la enseñanza de Abraham sobre el diezmo. Otros, sugieren que ya era una práctica cultural en la región de Medio Oriente en esa época.
Sea cual sea la fuente, el diezmo perduró como una práctica religiosa en la cultura hebrea, en el cristianismo y en el islamismo.